Empieza todo por un rejunte de letras que quién sabe a quién se le ocurrió dibujar y con qué motivo terminaron por acomodarlas así, y termina por significar. El significado vuela dispersamente por el espacio hasta que cae, por una fuerza mayor que sólo conocen las ideas, en un contexto. Y el contexto dispara, sin decirlo ni pensarlo, a alguno de los presentes: Vos acá, ahora, dijiste esto y el resto, todos testigos.
En fin, un crimen así de simple denunció todo tu interior en palabras.
0 que acotan:
Publicar un comentario